Cómo limpiar los oídos de tu perro correctamente

Cómo limpiar los oídos de tu perro correctamente

¿Notas que tu perro se rasca las orejas más de lo habitual, sacude la cabeza o desprende un olor extraño? La higiene de los oídos suele generar dudas: qué producto usar, cada cuánto limpiar, cómo hacerlo sin lastimar y cuándo es mejor dejarlo en manos de un veterinario. En esta guía aprenderás, paso a paso, a limpiar los oídos de tu perro de forma segura y efectiva, con recomendaciones profesionales, señales de alerta y trucos prácticos para que el proceso sea cómodo para ambos.

Por qué es importante la higiene de oídos en el perro

El canal auditivo del perro tiene forma de L, con una porción vertical y otra horizontal. Esta anatomía ayuda a proteger el tímpano, pero también facilita que el cerumen, la humedad y la suciedad se acumulen si no hay una correcta ventilación o si el perro es propenso a producir más secreción. Mantener los oídos limpios ayuda a:

  • Prevenir otitis causadas por exceso de humedad, levaduras o bacterias.
  • Reducir el mal olor asociado a la acumulación de cerumen y colonización microbiana.
  • Detectar a tiempo problemas como alergias, presencia de ácaros u objetos extraños.
  • Mejorar el bienestar evitando picor, dolor y sacudidas de cabeza frecuentes.

La limpieza no debe ser excesiva: limpiar sin necesidad puede irritar el canal auditivo y empeorar el problema. La clave es saber cuándo procede y aplicar una técnica suave y correcta.

Señales de que tu perro necesita limpieza o atención veterinaria

Indicadores de que una limpieza puede ser útil

  • Acumulación visible de cerumen marrón claro sin mal olor intenso.
  • Sacudidas ocasionales de cabeza sin otros signos de dolor.
  • Ligero enrojecimiento del pabellón auricular tras juegos en el parque o un baño, sin secreciones anómalas.
  • Mal olor leve acompañado de cerumen blando, sin sensibilidad al tacto.

Señales de alarma: consulta al veterinario antes de limpiar

  • Dolor al tocar la oreja, quejidos o resistencia marcada.
  • Mal olor fuerte, secreción amarilla, verdosa o sanguinolenta.
  • Enrojecimiento intenso, hinchazón, calor o costras.
  • Sacudidas constantes de cabeza, inclinación de la cabeza, pérdida de equilibrio o nistagmo.
  • Rascado compulsivo que provoca heridas o hematomas en la oreja.
  • Tras un traumatismo, espiga u objeto extraño en el canal. No intentes extraerlo en casa.

Si observas cualquiera de estos signos, evitar la limpieza y acudir al veterinario es lo más seguro. Limpiar en presencia de otitis o tímpano perforado puede agravar el problema.

Materiales necesarios y productos seguros

Antes de empezar, prepara todo lo necesario. Disponer del material a mano reduce el tiempo y el estrés para el perro.

  • Limpiador ótico específico para perros: preferiblemente con acción cerumenolítica y secante, con pH adaptado. Evita productos caseros si no han sido indicados por tu veterinario.
  • Gasas estériles o discos de algodón no deshilachables para limpiar el pabellón y la entrada del canal.
  • Toallas o una alfombra antideslizante para mantener la zona seca y al perro cómodo.
  • Guantes desechables para higiene y para evitar malos olores en tus manos.
  • Premios de alto valor para reforzar positivamente la experiencia.
  • Linterna pequeña opcional para inspección del pabellón auricular, sin introducir nada en el canal.

Qué no usar:

  • Alcohol, agua oxigenada o vinagre. Pueden irritar y dañar el tejido, especialmente si hay microlesiones.
  • Bastoncillos o hisopos dentro del canal auditivo. Empujan el cerumen hacia el fondo y pueden lesionar.
  • Aceites esenciales o remedios caseros sin respaldo veterinario.

En razas con abundante pelo en el canal, no arranques ni recortes el pelo sin asesoramiento. Esta práctica puede irritar y predisponer a infecciones; en caso necesario, que la realice un profesional.

Preparación del entorno y manejo del perro

Elige un lugar tranquilo, bien iluminado y antideslizante, como el baño o la cocina. Coloca al perro sobre una toalla para recoger el producto que pueda salir al sacudir la cabeza. Permite que olfatee el bote del limpiador y las gasas, y ten los premios listos.

Desensibilización breve para perros sensibles

  • Acaricia suavemente las orejas y recompensa la calma. Repite varias veces.
  • Simula la manipulación levantando el pabellón sin aplicar el producto, y premia.
  • Acerca la boquilla del limpiador a la entrada del oído sin tocar y recompensa.
  • Si el perro se muestra tenso, divide el proceso en sesiones cortas. La paciencia mejora la cooperación y la seguridad.

Instrucciones paso a paso para limpiar los oídos sin causar daño

Sigue esta secuencia con suavidad. Si en algún momento tu perro muestra dolor notable, detén el procedimiento y consulta al veterinario.

  • Paso 1. Inspección externa
    Qué hacer: levanta la oreja y observa el pabellón y la entrada del canal. Busca cerumen blando marrón claro, sin mal olor.
    Qué evitar: no introduzcas nada en profundidad ni rasques costras.
  • Paso 2. Posición correcta
    Sujeta el pabellón auricular hacia arriba para enderezar el canal vertical. Mantén la cabeza del perro estable pero sin forzar, idealmente con ayuda de otra persona si es nervioso.
  • Paso 3. Aplicación del limpiador
    Coloca la boquilla del limpiador justo en la entrada del canal, sin sellarlo ni introducirlo en profundidad. Aplica una cantidad suficiente para llenar el canal vertical hasta que veas que el líquido asciende. Evita presionar con fuerza.
  • Paso 4. Masaje de la base de la oreja
    Con el pabellón aún elevado, masajea la base de la oreja durante 20 a 30 segundos con movimientos circulares. Deberías oír un sonido de chapoteo suave: indica que el líquido está emulsionando el cerumen.
  • Paso 5. Permite que se sacuda
    Suelta el pabellón y aléjate ligeramente. La sacudida ayuda a expulsar la suciedad hacia la parte externa. Ten la toalla preparada.
  • Paso 6. Limpieza externa con gasa
    Envuelve tu dedo índice con una gasa y limpia solo la parte visible: pliegues del pabellón y entrada del canal. Usa varias gasas limpias hasta que salgan casi sin residuos. No introduzcas hisopos ni empujes la gasa más allá de donde llega tu dedo con suavidad.
  • Paso 7. Repite si es necesario
    Si sigue saliendo cerumen, puedes repetir la aplicación una vez más. Si tras dos rondas el oído continúa sucio o hay mal olor, detén el proceso y consulta.
  • Paso 8. Seca los pliegues
    Retira el exceso de humedad del pabellón con una gasa seca o toalla limpia. Mantener el área externa seca reduce el riesgo de sobrecrecimiento de levaduras.
  • Paso 9. Repite en el otro oído
    Usa gasas nuevas y limpia con el mismo procedimiento. Si un oído parece doloroso o muy inflamado, no lo limpies y busca atención veterinaria.
  • Paso 10. Refuerzo positivo
    Premia con calma, caricias y un snack. Asociar la limpieza con experiencias positivas facilita mucho las próximas sesiones.

Tras la limpieza, es normal que el perro sacuda la cabeza durante algunos minutos. Un leve enrojecimiento transitorio puede aparecer por la manipulación, pero debe remitir en pocas horas. Si observas dolor, hinchazón o secreciones anómalas después del procedimiento, contacta con tu veterinario.

Frecuencia recomendada según el perro y su estilo de vida

  • Perros sin antecedentes de otitis: cada 3 o 4 semanas, o cuando veas cerumen blando y leve olor.
  • Razas con orejas caídas o canal estrecho como cocker spaniel o basset hound: semanal o quincenal, según producción de cerumen y recomendaciones veterinarias.
  • Perros que nadan o se bañan con frecuencia: limpiar después de sesiones de agua para eliminar humedad y prevenir otitis externas.
  • Perros con alergias cutáneas: pueden requerir limpiezas más frecuentes y productos específicos, siempre bajo pauta veterinaria.

Evita limpiar a diario salvo indicación expresa. La limpieza excesiva puede irritar y alterar la flora normal del oído, favoreciendo infecciones.

Consejos por tipo de oreja y situaciones concretas

Orejas caídas y peludas

Favorecen la humedad y el calor. Asegura una ventilación adecuada recortando el pelo del pabellón de forma superficial y profesional. Realiza limpiezas preventivas más regulares y seca cuidadosamente tras baños o paseos bajo la lluvia.

Orejas erguidas

Acumulan menos humedad, pero el polvo y la tierra pueden entrar con facilidad. Revisa después de excursiones y limpia si ves suciedad visible en la entrada del canal.

Perros con alergias o piel sensible

Prefiere limpiadores suaves, con ingredientes calmantes indicados por tu veterinario. Evita fragancias intensas y fórmulas con alcohol. Controlar la alergia de base reduce la recurrencia de otitis.

Cachorros y perros mayores

Con cachorros, prioriza sesiones cortas de habituación y muchos refuerzos. En perros mayores, sé especialmente delicado: pueden tener el canal más sensible o problemas de movilidad; elige superficies cómodas y evita posturas forzadas.

Después de baños, piscina o playa

  • Seca el pabellón con toalla y retira el exceso de agua visible.
  • Aplica limpiador ótico con acción secante si tu veterinario lo recomienda para prevenir otitis por humedad.
  • Evita introducir algodón profundo para secar; puede dejar fibras y empujar suciedad.

Errores comunes que debes evitar

  • Introducir bastoncillos en el canal auditivo. Riesgo alto de compactar cerumen y lesionar.
  • Usar alcohol, vinagre o agua oxigenada. Irritan y retrasan la recuperación si hay microlesiones.
  • Aplicar exceso de presión con la boquilla del limpiador. Mantén la punta en la entrada, sin sellar.
  • Arrancar pelo del canal sin instrucción profesional. Puede inflamar y predisponer a otitis.
  • Automedicar con gotas antibióticas o con corticoides sin diagnóstico. Puede enmascarar problemas y empeorarlos.
  • Limpiar durante una infección dolorosa sin evaluación previa. Es preferible diagnóstico y tratamiento dirigidos.

Cuándo acudir al veterinario

  • Mal olor intenso, secreciones amarillas, verdes o con sangre.
  • Dolor, llanto o resistencia marcada al manipular.
  • Enrojecimiento severo, hinchazón o aparición de un hematoma en la oreja.
  • Sacudidas de cabeza constantes, inclinación de la cabeza o pérdida de equilibrio.
  • Otitis recurrentes o necesidad de limpiezas muy frecuentes.
  • Sospecha de ácaros, cuerpo extraño o perforación de tímpano.

El veterinario puede realizar una otoscopia, tomar muestras para citología y recetar tratamientos específicos si hay infección por bacterias o levaduras, alergias subyacentes u otros problemas.

Preguntas frecuentes sobre la limpieza de oídos caninos

¿Puedo usar toallitas húmedas?

Solo para limpiar el pabellón externo y pliegues, nunca dentro del canal. Asegúrate de que sean aptas para perros y sin fragancias irritantes.

¿Es normal que salga cerumen marrón?

Un cerumen marrón claro y sin mal olor puede ser normal. Si es muy oscuro, maloliente o pegajoso, consulta al veterinario.

¿Debo oír chapoteo al masajear?

Un chapoteo suave es esperado y significa que el líquido se distribuye. Si el perro muestra dolor o el sonido es mínimo pese a aplicar el limpiador, no fuerces la cantidad.

¿Qué pasa si mi perro odia que le toquen las orejas?

Trabaja la desensibilización progresiva con refuerzo positivo y considera dividir la limpieza en varios días. Si el miedo es intenso, pide ayuda a un educador canino y consulta al veterinario.

¿Los ácaros del oído son comunes?

Son más frecuentes en cachorros y en gatos. En perros adultos, las otitis suelen estar relacionadas con bacterias, levaduras, humedad o alergias. El diagnóstico se confirma con citología.

¿Puedo limpiar si sospecho que hay agua dentro del oído?

Sí, usa un limpiador ótico con acción secante y masajea suavemente. Si aparecen dolor, olor fuerte o secreciones, acude a consulta.

Checklist rápida de limpieza segura

  • Revisa que no existan signos de dolor, secreción anómala u olor intenso.
  • Prepara limpiador ótico veterinario, gasas, toalla y premios.
  • Levanta el pabellón, aplica el limpiador en la entrada sin introducir la boquilla en profundidad.
  • Masajea la base de la oreja 20 a 30 segundos y deja que se sacuda.
  • Limpia solo la parte visible con gasas; nunca uses bastoncillos dentro del canal.
  • Seca los pliegues externos y repite en el otro oído con gasas nuevas.
  • Observa durante las horas siguientes; si hay dolor o secreciones, consulta al veterinario.
Violeta Z.
Violeta Z.

Autor/-a de este contenido

Este sitio usa cookies para mejorar tu experiencia y analizar el tráfico. Puedes gestionarlas en cualquier momento.